Día 14: Montreal, 2a parte
 | Día 14, miércoles 26 de agosto |  |
Después de todos los albergues en los que hemos tenido la suerte de alojarnos, todos de calidad indiscutible, algunos que incluso podríamos considerar como semihoteles de lujo, el último, de nuevo en Montreal, es una mierda. 4 ó 5 habitaciones apelotonadas alrededor de la cocina, la nuestra arriba en un desván de mala muerte, con una claraboya sin cortina, un ruido de la calle infernal y una ducha para todos. De cualquier cosa hacen un albergue estas, dos medio jipis que pa mí que son hermanas, o lesbianas, o las dos cosas.
En fin, hoy día libre, cada loco con su tema, cada oveja con su pareja. Salimos de Shawinigan temprano porque había que devolver el coche, que tan buen servicio nos ha prestado durante 12 días, en Montreal, y con el desayuno que nos salía por las orejas. Desayuno por decir algo, porque si a una crema de plátano con trocitos de fresa, un zumo de (varias) frutas batidas, un milhojas de dos quesos con espinacas y nata sobre un lecho de tomates, y por último un trozo de tarta de queso y chocolate, se le puede llamar desayuno, no sé a qué le llamarán cena. Todo ello acompañado de la adorable presencia (una vez más) de nuestros anfitriones, pendientes de cada detalle y hasta sentándose con nosotros, sin olvidar el marco, que más que un albergue era una auténtica mansión, con habitaciones decoradas a estilo real y una mesa de desayuno que parecía que en cualquier momento iba a aparecer la Letizia Ortiz con el Príncipe. Todo eso por menos de 50€ por habitación. A mí este país y esta gente no deja de sorprenderme, a pesar de las dos tortilleras estas de hoy, que en nada empañarán la opinión general que me llevo.
En cuanto a lo visitado, que es a lo que iba, lo dicho, Montreal 2a parte, concretamente el Mont Royal que dio nombre a la ciudad, un parque enorme y laberíntico, muy mal señalizado, en el que conviven montones de ardillas con más montones todavía de gente corriendo, montando en bici, patinando... hasta he visto a una madre haciendo futing empujando el carrito del niño.
Confirmo la fascinación que ejerce en mí esta ciudad, que me da muy pero que muy buen rollo. Me mudaba, te lo juro.
Queda un día y medio. A disfrutarlos.
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