Día 8: Cascadas, cañones y la costa de los mosquitos

Publié le par JC

  Día 8, jueves 20 de agosto



Cascada de Montmorency, un paseo muy agradable si consigues aparcar fuera y ahorrarte los 15 $ y si después de bajar al pie de la cascada (y ponerte chorreando) vuelves a subir por los varios cientos de escaleras en vez de coger el teleférico y ahorrarte otros 8 $. Si no, es realmente una trampa para turistas.



Sainte-Anne-De-Beaupré
, una muy bonita catedral situada en un sitio muy raro, entre carreteras y en una especie de esplanada que parece hecha aposta. Es como si hubieran hecho un cráter entre el río y la montaña para poner la basílica. El conjunto es bastante bonito, aunque parece metido un poco con calzador. Sorprendente la capilla de abajo, como en los subterráneos, como si hubiera una iglesia para los ricos y otra para los pobres.



Y luego.. ¡El Cañón de Saint-Anne! No aparecía apenas en las guías, y de hecho ni hubiéramos sabido de su existencia si no hubieran hablado de él Morag y Marc. Alucinante. Canadá en estado puro. Ni punto de comparación con Montmorency. No estaba previsto en la ruta e incluso ha acabado sustituyendo a la visita de otro parque llamado de Las 7 Cascadas, pero ha valido la pena mil veces. Visita obligada para cualquiera que tenga intención de pasar por la zona. Un recorrido corto, con muchas escaleras, puentes colgantes y actividades deportivas. Sencillamente impresionante.



La visita prevista a la isla de Coudres tampoco ha podido ser, pero no importa. Estamos servidos para el resto del día.

Por la noche, dormimos en Baie-Saint-Paul, donde los mosquitos han acabado con los pocos centímetros de piel sana que me quedaban. Albergue en pleno campo y con vistas espléndidas a la Bahía, barato y más que correcto, aunque la dueña pareciera que se había cenao un kilo de valium. Encima con cuarto de baño privado, cosa rara, sólo que las camas tienen por manta un tapiz de Ikea y el baño... ¡no tiene puerta! Vamos, como pa tener una diarrea. No queda más remedio que mandar a la parienta a darse una vuelta en caso de necesidad. No hay confianza que valga, yo pa ciertas cosas me encierro con 7 llaves.


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